martes, 18 de agosto de 2015

Examen Físico Vascular




Por la frecuencia con que se presentan alteraciones que dependen de las venas de las extremidades inferiores conviene revisar algunos conceptos de la anatomía. Se distinguen las venas profundas y las venas superficiales. El 90% del retorno venoso se efectúa por las venas profundas. Entre las venas superficiales se distinguen  la safena mayor, que se origina en el dorso del pie, pasa por delante del maléolo medial y sigue subiendo hasta unirse con la vena femoral, que forma parte del sistema profundo, a nivel del cayado de la safena, un poco por debajo del ligamento inguinal, en el lado medial del muslo; y la safena menor que se forma por el lado del pie y sube por la parte posterior de la pierna para unirse con el sistema profundo a nivel del hueco poplíteo. Entre la safena larga y la corta existen anastomosis venosas y entre el sistema superficial y el profundo existen comunicaciones a través de venas perforantes comunicantes.
Tanto las profundas, las superficiales y las comunicantes tienen en su interior unas válvulas unidireccionales que dirigen la sangre en el sentido de retornar hacia el corazón, y  desde las venas superficiales hacia las profundas. El retorno de la sangre también se ve favorecido por la acción de los músculos al contraerse, como ocurre al caminar o correr.


Cuando las válvulas fallan por dilatación de las venas o alteración de su estructura, como ocurre cuando ha habido flebitis, la presión hidrostática de la columna de sangre aumenta a nivel de los tobillos cuando la persona está de pie debido a que la columna ya no es interrumpida por las válvulas (que están incompetentes). Este aumento de la presión hidrostática favorece la salida de líquido y la formación de edema. La presión se puede transmitir a la red venosa superficial a través de  venas comunicantes o perforantes con válvulas incompetentes, o  por una insuficiencia de las venas safenas mayor o menor, donde se comunican con el sistema profundo. Esto favorece el desarrollo de várices y con el tiempo se generan alteraciones tróficas de la piel que se manifiestan por cambios de pigmentación, atrofia, fragilidad, mayor susceptibilidad a infecciones (celulitis), y la formación de úlceras varicosas de difícil cicatrización.

Conviene hacer alguna mención del sistema linfático que es una extensa red vascular que contribuye a drenar líquido, llamado linfa, desde los tejidos del cuerpo para devolverlos a la circulación venosa. Esta red comienza con pequeños capilares linfáticos ciegos que se van anastomosando y forman conductos de mayor calibre hasta que finalmente la linfa drena en el sistema venoso en la base del cuello. A lo largo del camino se van intercalando los ganglios linfáticos que cumplen una importante función inmunológica. En la sección del examen general se vieron los principales grupos de ganglios que pueden llegar a examinarse, aunque existen muchos más en ubicaciones profundas.

 Entre el sistema arterial y el venoso se forman extensas redes de capilares en donde se intercambian líquidos, electrolitos y distintas moléculas. Conviene tener presente que  la presión hidrostática intravascular tiene una importante participación en la salida de agua desde el intravascular al extravascular, y que la presión oncótica, determinada fundamentalmente por los niveles de albúmina en la sangre, contribuye a la entrada del líquido. También pueden influir cambios en la permeabilidad de los capilares (p.ej., edemas de causa anafiláctica). Si la presión hidrostática está aumentada, o la presión oncótica está disminuida, se favorece la formación de un edema blando. Este se reconoce por el aumento de volumen que genera y porque al aplicar presión con un dedo se produce una depresión en la superficie de la piel que permanece un rato (signo de la fóvea). Si el problema es un menor drenaje linfático, el edema es más duro (p.ej., después de una mastectomía radical con vaciamiento ganglionar de la axila, el brazo puede aumentar de volumen por un infiltrado duro).


Pulsos

Extremidad superior
Radial, situado en la cara anterior y lateral de las muñecas, entre el tendón del músculo flexor radial del carpo y la apófisis estiloide del radio. (arteria radial).


Pulso ulnar: en el lado de la muñeca más cercano al meñique (arteria ulnar).



Pulso braquial,entre el bíceps y el tríceps, en el lado medial de la cavidad del codo, usado frecuentemente en lugar del pulso carotideo en infantes (arteria braquial).



Extremidades inferiores

Pulso femoral: en el muslo.



Pulso poplíteo, en el hueco o fosa poplítea debajo de la rodilla



Pulso pedio
en el empeine del pie (arteria dorsal del pie).


Pulso tibial anterior:
 Detrás del tobillo bajo el maléolo medial (arteria tibial posterior).


Examen físico

Cuando existen lesiones estenosantes de tipo ateroesclerótico los pulsos se sienten débiles en los sectores comprometidos o no se palpan.
Cuando existen lesiones críticas arteriales se puede presentar claudicación intermitente que es un dolor por isquemia que se presenta en el sector afectado cuando se efectúa una mayor actividad muscular. Puede ocurrir en las extremidades superiores o en las inferiores. Si es en las piernas, el dolor se presenta al caminar una cantidad determinada de cuadras y se alivia con el reposo.

En una obstrucción arterial aguda el segmento distal pierde sus pulsos, se vuelve pálido y frío, se genera dolor. Según el grado de isquemia se pueden comprometer los movimientos y la sensibilidad (parestesias).
En la insuficiencia arterial crónica se encuentran pulsos débiles o ausentes, frialdad distal y alteraciones tróficas (piel delgada, pérdida de los pelos del dorso de los ortejos y del pie, uñas gruesas). Pueden haber úlceras en las zonas más isquémicas o desarrollarse una gangrena seca de algún ortejo (muerte de tejidos isquémicos que evolucionan a una momificación).

También se presenta claudicación intermitente. Cuando el paciente está acostado y se le levantan las piernas (unos 60º), los pies se ponen pálidos, en cambio, cuando las piernas se bajan (sentándose o poniéndose de pie), se observa lentitud en recuperar el color rosado y el llene venoso; después de un rato, puede aparecer un aspecto eritematoso fuerte. Estos cambios pueden no ser confiables si existe aumento de la circulación colateral o insuficiencia venosa con incompetencia valvular.

Otras condiciones que pueden dar lesiones vasculares periféricas son las vasculitis, por compromiso de pequeños vasos (lupus eritematoso diseminado, esclerodermia, etc.); fenómenos embólicos (por endocarditis, rupturas de placas de ateroma, mixomas, trombos auriculares, etc.); tromboangeítis obliterante o enfermedad de Buerger.

Sistema Venoso:

Entre las alteraciones más frecuentes de encontrar están las várices, especialmente procedentes de la safena larga (mayor o interna) y la corta (menor o externa). Las mujeres son más proclives a presentarlas.
En las venas superficiales se pueden presentar inflamaciones, llamas flebitis, por causas traumáticas, infecciosas o químicas. En las extremidades superiores son frecuentes por el uso de cánulas intravenosas. Las flebitis superficiales se caracterizan por presentar eritema en la zona inflamada, dolor, y se palpa un cordón correspondiente a la vena inflamada. En el interior del vaso frecuentemente se produce un coágulo, pero el riesgo de una embolía es bajo, salvo cuando el coágulo tiene posibilidades de progresar al sistema profundo (por ejemplo, cuando está cerca del cayado de la safena larga).

En las venas profundas también se producen flebitis. En estos casos el riesgo de una embolía pulmonar es mayor, y desgraciadamente no siempre los signos clínicos son evidentes. En una tromboflebitis de una extremidad inferior se puede encontrar un aumento de volumen de la pierna, el cual será más extenso mientras más arriba llegue el compromiso trombótico. El paciente puede sentir dolor localizado en la pantorrilla, la cual además se nota como si estuviera infiltrada y, por lo tanto, cuando se trata de producir un bamboleo de las masas musculares, éste está reducido. Si se flecta el pie hacia dorsal y se estira el tendón aquiliano, se presenta dolor en las pantorrillas (signo de Homan). En la superficie de la pierna se ve aumento de la circulación colateral, ya que la sangre se desvía de las venas profundas que están con coágulos, hacia las superficiales.

En cuadros de insuficiencia venosa crónica la pierna se puede ver edematosa y se desarrollan várices. Con el transcurso del tiempo y en la medida que la hipertensión venosa se transmite a la red venosa superficial, se desarrollan cambios tróficos en la piel, especialmente cerca de los tobillos. Entre estos cambios destacan una mayor pigmentación, la piel se nota frágil y puede aparecer una úlcera, especialmente hacia el lado medial. En esta zona se producen con frecuencia dermatitis hipostásicas. El conjunto de estas manifestaciones se conoce como síndrome posflebítico.

Otras úlceras que se pueden presentar en las piernas o los pies son (1) las que se pueden ver en algunos pacientes hipertensos y que se caracterizan porque duelen bastante y se presentan en el tercio distal de las piernas, especialmente en la cara externa o posterior; en pacientes diabéticos con neuropatía y microangiopatía, que tienen menor sensibilidad en los pies, y desarrollan úlceras de difícil cicatrización y que frecuentemente se infectan;úlceras de decúbito en enfermos que no se puede mover por sí solos.
Los pies de los diabéticos requieren cuidados especiales ya que es frecuente que el paciente tenga una neuropatía sensitiva y fenómenos isquémicos que pueden facilidad el desarrollo de úlceras, o la complicación más temida, que es la gangrena húmeda (combinación de isquemia e infección polimicrobiana). Se les recomienda no caminar descalzos, usar zapatos blandos y holgados, secarse bien entre los dedos, inspeccionarse los pies, no usar bolsas de agua caliente. 
 
Anormalidades
 
claudicación intermitente
 
obstrucción arterial crónica
 
valvulitis
 
 
 
 


EXAMEN FISICO DE EXTREMIDADES


Se llaman extremidades o miembros a los órganos externos, articulados con el tronco, que cumplen funciones de locomoción.  las extremidades son los miembros superiores o torácicos y los miembros inferiores o pelvianos, que en lenguaje coloquial constituyen los brazos y piernas respectivamente. No obstante, en sentido estricto anatómico brazo y pierna no son sino dos segmentos más de los que componen el miembro superior e inferior.





Miembro superior


En el cuerpo humano, es cada una de las extremidades que se fijan a la parte superior del tronco. Se compone de cuatro segmentos : cintura escapular, brazo, antebrazo y mano. Se caracteriza por la movilidad y capacidad para manipular y sujetar. Tiene en total 32 huesos y 42 músculos; su vascularización corre a cargo principalmente de las ramas de la arteria axilar, sus principales venas son las cefálica, basílica y axilar; la mayor parte de su inervación está a cargo del plexo braquial.

                Extremidad Superior  

Inspeccionar tamaño, forma, simetría, temperatura, color, pigmentación, cicatrices, hematomas, contusiones, erupciones, ulceraciones, parecías, ple jías, inflamación, prótesis, dolor, edemas Evaluar amplitud de movimiento, rigidez, contracturas y presencia de fracturas; fuerza, tono muscular, deformidades ... Evaluar Axilas, Manos y Uñas: refleja estado de nutrición, ocupación, auto cuidado, estado psicológico, enfermedades... extremidades 


  

   Examen de las extremidades
 
Consta de tres etapas:
1.     Inspección: evaluar aumento de volumen, eritema o deformación de cada articulación
2.     Palpación: evalúa sensibilidad, calor, presencia de derrame articular y crépitos
3.     Movimientos: deben evaluarse los movimientos activos, pasivos y contra resistencia
Luego de haber evaluado cada articulación en forma individual, se debe elaborar un patrón de compromiso basado en los siguientes elementos:
1. Número de articulaciones comprometidas
  • Monoarticular: una articulación
  • Oligoarticular: 2-3 articulaciones
  • Poliarticular: 4 o más articulaciones comprometidas

    2. 
    Tipo de compromiso
  • Simétrico (compromiso articular similar ambos hemicuerpos)
  • Asimétrico
3. Tipo de articulaciones afectadas
  • Grandes (rodilla, codos, tobillos, hombros y muñecas)
  • Pequeñas (metacarpofalángicas, interfalángicas, metatarsofalángicas)
4. Distribución del compromiso
  • Axial (compromiso columna y articulaciones sacroiliacas)
  • Periférico
  • Extremidades superiores o inferiores

    5. Síntomas extraarticulares asociados
  • Rigidez matinal: a mayor inflamación articular, mayor duración rigidez matinal
  • Fiebre
  • Alopecía (pérdida de cabello), úlceras orales, xerostomía (sequedad bucal), xeroftalmia (sequedad ocular)
Algunas enfermedades tienen formas características de comprometer las articulaciones.
Ejemplos:
  • Artritis séptica y cristales (urato monosódico y pirofosfato de calcio): monoartritis asimétrica de grandes articulaciones
  • Artritis reumatoídea: poliartritis simétrica de grandes y pequeñas articulaciones, principalmente de manos asociado a rigidez matinal que puede durar horas.
  • Artritis reactivas: inflamación articular tardía como respuesta a una infección, habitualmente del sistema genitourinario o gastrointestinales. Oligoartritis asimétrica de grandes articulaciones, principalmente de extremidades inferiores
  • Espondilitis anquilosante: predominantemente compromiso axial, asociado a oligoartritis de grandes articulaciones de extremidades inferiores
  • Artrosis: compromiso poliarticular de grandes y pequeñas articulaciones, sin evidencia de inflamación (sin calor o eritema). Hay rigidez matinal, menor de una hora. Destaca la presencia de unos engrosamientos óseos típicos llamados nódulos de Heberden, en las articulaciones interfalángicas distales, y nódulos de Bouchard, en las articulaciones interfalángicas proximales.
  • Enfermedad reumática: mono u oligoartritis de grandes articulaciones migratoria. Se puede asociar a otros hallazgos como corea (movimientos involuntarios, incoordinados y espásticos que usualmente comprometen un hemicuerpo) y eritema marginado.
A continuación se efectúa un análisis en relación a las principales articulaciones:
Hombro
Puntos anatómicos de referencia:
  • Punta anterior del acromio: para ubicarla se sigue la espina ósea de la escápula hacia lateral hasta llegar al acromio en la parte más alta del hombro
  • Tuberosidad mayor del húmero: se palpa deslizando el dedo hacia lateral y abajo desde la punta del acromio.
  • Surco bicipital: surco entre ambas tuberosidades del húmero (mayor y menor) por donde corre el tendón de la cabeza larga del bíceps. Para palparlo se debe efectuar una rotación externa del brazo

    Para la normal movilidad del hombro deben estar indemnes las siguientes estructuras:
  • Articulación glenohumeral: articulación constituida entre la cabeza del húmero y la cavidad glenoídea de la escápula
  • Articulación acromioclavicular: entre acromio y extremo lateral de la clavícula
  • Manguito rotador: formado por los músculos supraespinoso, infraespinoso, teres menor y subescapular. Envuelven la articulación glenohumeral
  • Cintura escapular (clavícula y escápula) que permite movilidad en relación al tórax.
 
 
Examen del hombro:
 
 
 
Paciente sentado en la camilla, con los pies colgando.
Inspección: simetría y desarrollo de las masas musculares de ambos hombros.
Palpación
 de puntos dolorosos y articulaciones acromioclavicular y glenohumeral
Movimientos
Evaluar rangos de movilidad articular:
  • Abducción: Elevación activa de brazos con rango normal de 180º
  • Aducción : 50º
  • Flexión: 180º
  • Extensión: 50º
  • Rotación interna : 90º
Rotación externa: 90º.
 
 
Codo
 
Articulación entre el húmero con el cúbito y radio. Teniendo el brazo estirado con la mano hacia adelante, puede existir una ligera angulación lateral del antebrazo respecto al brazo que varía entre 0º y 15º.
Puntos anatómicos de referencia:
  • punta del olécranon, que forma parte del cúbito
  • epicóndilos lateral y medial, que forman parte del húmero.
  • nervio cubital: pasa entre el epicóndilo medial y el olécranon.
  • bursa olecraneana: sobre la punta del olécranon
Examen del codo
Inspección: se aprecia una concavidad entre el olecranon y el epicóndilo lateral. Cuando hay derrame articular desaparece la concavidad apreciándose un abultamiento, que a la palpación es fluctuante y sensible.
Palpación de puntos dolorosos:
  • epicondilitis externa o codo del tenista: dolor a la palpación del epicóndilo externo y a la extensión de la muñeca contra resistencia
  • epicondilitis medial o codo del golfista o del lanzador de béisbol: dolor al palpar ese epicóndilo y al flectar la muñeca contra resistencia..
  • bursitis: dolor y aumento fluctuante de volumen en la punta del olécranon
Movimientos: Evaluar rangos de movilidad con el paciente sentado en la camilla con los brazos colgando al lado del cuerpo:
  • flexión: 145°
  • extensión: 0º respecto a la vertical. Más de -10° se denomina hiperextensión
  • pronación y supinación
Muñeca
Articulación entre radio-cúbito y huesos del carpo.
Una estructura importante que pasa por esta articulación (entre el carpo y el retináculo palmar) es el nervio mediano, que puede ser comprimido y dar origen al síndrome del túnel carpiano cuyos síntomas son parestesias o dolores que afectan los dedos pulgar, índice y medio (eventualmente la superficie medial del dedo anular), predominantemente en la noche.
 
Examen de la muñeca
Inspección y palpación: La presencia de derrame se observa como un abultamiento en la cara dorsal de la muñeca, que es fluctuante y sensible
Signos sugerentes del síndrome del túnel del carpo son:
  • Signo de Tinel: se desencadenan sensaciones de hormigueo o de corriente eléctrica en el área correspondiente a la distribución del nervio mediano cuando se percute en la superficie palmar de la muñeca.
  • Signo de Phalen: se flecta la muñeca por treinta segundos y se investiga si se desencadenan parestesias.
  • Movimientos: Los rangos de los movimientos normales son:
  • Flexión: 60-90°
  • Extensión: 60-90°
  • Movimientos laterales: 20-30º.
 
 
Manos
En las manos se deben evaluar las articulaciones metacarpofalángicas (MCP), interfalángicas proximales (IFP) y distales (IFD)
Examen de las manos
Inspección: evaluar aumentos de volumen y deformaciones articulares. También el aspecto de la musculatura (músculos interóseos).
Deformaciones clásicas de Artritis Reumatoídea:
  • Mano en ráfaga: desviación cubital de los dedos al nivel de MCP
  • Dedos de cuello de cisne: hiperextensión de las articulaciones IFP con una flexión fija de las IFD.
  • Dedos en boutonniére: hiperflexión fija de las articulaciones IFP con una hiperextensión de las IFD
  • Sinovitis: aumento de volumen blando y sensible, que se observa principalmente en IFP y MCP
Deformaciones clásicas de Artrosis:
  • Nódulos de Heberden: aumento de volumen duro (engrosamiento óseo) en IFD
  • Nódulos de Bouchard: aumento de volumen duro (engrosamiento óseo) en IFP
Otras alteraciones que se pueden observar son:
  • Contractura de Dupuytren: retracción de la fascia palmar que produce una flexión fija de algunos dedos, especialmente el anular. Se observa con alguna frecuencia en personas diabéticas, cirróticas o con antecedente de ingesta elevada de alcohol
  • Tofos: nódulos ubicados cerca de las articulaciones y que si se abren dejan salir un material de aspecto como tiza. Se observan en pacientes con gota (artritis por cristales)
Palpación: el examinador debe tomar cada articulación entre el dedo pulgar e índice de una mano y, en el sentido transversal, hacer lo mismo con la otra mano. De este modo, si existe derrame articular, al presionar en un sentido, se produce un abombamiento en el sentido transversal, y viceversa.
Movimientos:
  • flexión: realizar puño completo
  • extensión: 0°
 
 
Cadera
Está formada por la cabeza del fémur que articula en el acetábulo de la pelvis.
Punto anatómico de referencia:
Trocánter mayor: prominencia ósea en región lateral de la cadera
En los alrededores de la articulación de la cadera se ubican 3 bursas:
  • Bursa trocantérica: posterolateral a la tuberosidad mayor
  • Bursa ilíaca o iliopectínea: por delante de la articulación de la cadera, profundo y lateral a los vasos femorales, en el sitio de inserción del músculo iliopsoas en el trocánter menor
  • Bursa isquial: ubicada en la punta de la tuberosidad isquial
Examen de cadera
Inspección: paciente acostado en la camilla, decúbito supino. Evaluar simetría
Palpación:
 especialmente de la región lateral de las caderas, evaluando la sensibilidad en las bursas (presencia de bursitis).
Movimientos. Rangos normales de movimiento:
    • flexión: hasta 90º con la rodilla extendida y 120º con la rodilla flexionada. Rango disminuye con la edad
    • abducción: hasta 45º, antes que comience a bascular la pelvis
    • aducción: hasta 40º
    • rotación interna: con la cadera y rodilla flectada en 90°, se rota hasta 30º (pie hacia lateral)
    • rotación externa: con la cadera y rodilla flectada en 90°, se rota hasta 60 (pie hacia medial)
Paciente acostado en la camilla, decúbito prono:
  • extensión: 5-20° con la rodilla extendida.
 
 
Rodilla
Es la articulación entre el fémur, la tibia y la rótula.
Puntos anatómicos de referencia:
  • Tuberosidad tibial: prominencia ósea en cara anterior de la tibia en la que se inserta el tendón rotuliano
  • Cóndilo medial y cóndilo lateral: prominencias óseas de la tibia, que se palpan a ambos lados de la rodilla
  • Cabeza del peroné: hacia fuera y abajo del cóndilo lateral de la tibia
  • Epicóndilo medial y lateral: en tercio distal del fémur, a ambos lados
La estabilidad lateral de la rodilla está dada por un ligamento colateral lateral y otro medial. La estabilidad anteroposterior está dada por dos ligamentos cruzados. Los meniscos medial y lateral se ubican en los platos tibiales y amortiguan la tibia contra el fémur. Por delante de la rótula y del tendón rotuliano existen unas bursas (bursa prerotuliana e infrarotuliana superficial).
Examen de rodilla
Inspección: evaluar aumento de volumen de las rodillas y asimetría. Evaluar estado del cuadríceps (la atrofia hace sospechar patología crónica de la rodilla). Observar alineación de la extremidad inferior. Las piernas arqueadas que forman un ángulo en la rodilla, como los vaqueros, constituyen un genu varo; si el ángulo es en sentido contrario, o sea, las rodillas se tocan y las piernas se separan, se llamagenu valgo.
Palpación: buscar derrame articular y puntos dolorosos (tendinitis y bursitis)
Signos para sospechar presencia de derrame articular:
  • Signo del témpano: con ambos dedos índices comprimir la rótula hacia la articulación femorotibial y sentir si hay rebote, como si la rótula estuviera "flotando"
  • Signo de la ola: con el dorso de la mano se comprime el fondo de saco de un lado de la rodilla, y se observa abombamiento contralateral.
Movimientos
Paciente en decúbito supino:
1. Evaluar rangos de movimiento normales:
    • Flexión: 135°
    • Extensión: normal 0°. Hiperextensión hasta —10°
2. Al evaluar rangos de movimientos, buscar presencia de crujidos articulares (que pueden ser audibles o palparse), y serían manifestación de una artrosis.
3. Evaluar estabilidad de la rodilla:
    • signo del bostezo: indica daño de alguno de los ligamentos colaterales. Se busca poniendo una mano apoyada en un lado la rodilla y la otra mano sobre el lado contrario del tobillo, de modo de poder ejercer fuerzas que tiendan a angular la rodilla; luego se cambia la posición de las manos para ejercer las fuerzas en la dirección opuesta.
    • signo del cajón: indica ruptura de ligamentos cruzados. La pierna debe estar angulada en 90º y el pie apoyado sobre la camilla; tomar la pierna por debajo de la rodilla con las dos manos y ejercer fuerzas hacia adelante y hacia atrás viendo si la rodilla está estable o se produce un desplazamiento anormal.
  • Pie y Tobillo
  •  
     
    Articulación entre tibia-peroné y huesos del tarso
    Inspección: evaluar presencia de:
    • pie plano: arco longitudinal caído Se ve mejor con el paciente de pie.
    •  
    • pie cavo: exageración del arco longitudinal.
    • hallux valgus (o juanete): angulación entre el primer metatarsiano y el ortejo mayor, el cual se desvía en dirección del resto de los dedos y puede quedar cabalgando sobre el segundo ortejo
    • dedos en martillo: hiperextensión de la articulación metatarsofalángica con una flexión de la interfalángica proximal. Es frecuente que en el sitio de roce con el zapato, en el dorso del nudillo, se forme una callosidad.
    • callosidades: engrosamientos no dolorosos, frecuentes en la planta en arco anterior.
    Palpación de puntos dolorosos.
    Movimientos: Paciente acostado en decúbito supino, evaluar rangos de movilidad normal:
    • Flexión: 15°
    • Extensión: 55°
    • Inversión subtalar: 35°
    • Eversión subtalar: 20°
     
    Anomalías
  • Paroniquia; infección de la piel alrededor de la uña.
  •  
  • panadizo: es una infección del espacio cerrado de la pulpa en la punta del dedo.
  • Tendosinovitis: inflamación de la membrana sinovial que recubre el tendón

      SINDACTILIA

       

      POLIDACTILIA


      DEDO DE MARTILLO



      Ganglion, acumulo de liquido mucinoso unido a una articulación.